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Los primeros años de vida (0-6 años) representan una ventana crítica del desarrollo del cerebro. Durante este período, el cerebro demuestra una plasticidad notable, lo que significa que es especialmente capaz de formar y fortalecer nuevas conexiones. Las intervenciones introducidas durante estos años tienen más probabilidades de resultar en mejoras duraderas en la comunicación, el aprendizaje y el funcionamiento social. El inicio temprano de la terapia aprovecha esta «ventana de oportunidad». Los estudios muestran que los niños que comienzan a tomar la terapia antidiabética antes de los 3 años, o antes, son los que más progresan.
Cuando a un niño se le diagnostica un trastorno del espectro autista (TEA), los padres suelen sentirse abrumados con preguntas sobre qué hacer a continuación. Una de las decisiones más importantes a las que se enfrenta una familia es cuándo comenzar la terapia. Las investigaciones y décadas de experiencia han demostrado que iniciar los servicios terapéuticos del análisis conductual aplicado (ABA) y la terapia ocupacional y del habla lo antes posible (idealmente justo después del diagnóstico) puede marcar una gran diferencia en el crecimiento, el desarrollo y el éxito a largo plazo de un niño. En este artículo, nos centraremos en la intervención temprana con la terapia ABA, y en comprender que el desarrollo de habilidades no es un proceso lineal.
El aumento de las tasas de prevalencia en los diagnósticos de autismo durante los últimos años ha mejorado el establecimiento de una variedad de intervenciones para los niños pequeños con TEA. La investigación científica demuestra de manera consistente que comenzar el tratamiento con ABA lo antes posible (idealmente justo después del diagnóstico) conduce a un progreso más significativo.
Los primeros años de la vida de un niño son un período crítico para el aprendizaje. Entre el nacimiento y los seis años, el cerebro es muy adaptable y capaz de formar nuevas conexiones a un ritmo notable. Esto significa que las habilidades que se introducen durante este período, ya sean de comunicación, interacción social o habilidades para la vida diaria, se aprenden y retienen más fácilmente. Para los niños con autismo, la intervención temprana puede:
En síntesis: La terapia ABA temprana aumenta la probabilidad de que los niños desarrollen métodos de comunicación significativos, ya sea a través del habla, el lenguaje de señas o los sistemas aumentativos, y sienta las bases para una calidad de vida a largo plazo tanto para los niños como para sus familias.
Varios estudios científicos han descubierto que los niños que comienzan la terapia ABA de manera temprana muestran un mayor progreso en comparación con los que comienzan más tarde. Es más probable que ingresen a la escuela más preparados para aprender, se adapten más fácilmente a las rutinas del aula e incluso es posible que necesiten menos servicios de apoyo a medida que crecen.
Retrasar la terapia, por otro lado, significa perder un valioso tiempo terapéutico cuando los niños son más receptivos al aprendizaje. Incluso unos pocos meses de espera pueden marcar la diferencia en la rapidez con la que un niño desarrolla las habilidades esenciales. Cada mes de retraso significa perder oportunidades de crecimiento. Dado que las habilidades fundamentales, como la imitación, el juego y la atención conjunta, son más fáciles de aprender a edades más tempranas, esperar para comenzar los servicios a menudo se traduce en un progreso más lento y en necesidades más intensivas más adelante.
Comenzar la terapia ABA de manera temprana no solo ayuda a los niños, sino que también apoya a los padres. Los programas de ABA incluyen capacitación para padres, donde las familias aprenden estrategias para apoyar al niño en el hogar y en la vida diaria.
Trabajar en conjunto con los terapeutas brinda al niño la mejor oportunidad de éxito, porque contar con orientación profesional desde el principio puede reducir el estrés y generar confianza en la crianza de un niño con autismo.
Dar el primer paso: Escuchando las palabras «diagnóstico de autismo» puede resultar abrumador, pero tomar medidas rápidamente puede encaminar a su hijo hacia el éxito. Si su hijo ha recibido un diagnóstico, póngase en contacto con un proveedor de ABA de inmediato para comenzar el proceso de evaluación y terapia. Cuanto antes comience su hijo, antes podrá empezar a desarrollar las habilidades necesarias para prosperar.
La evidencia es clara: comenzar la terapia ABA tan pronto como a un niño se le diagnostica autismo le brinda la mejor oportunidad de aprender, crecer y prosperar. La intervención temprana no solo es útil, sino que también cambia la vida. La intervención conductual intensiva temprana maximiza el desarrollo del cerebro, desarrolla las habilidades sociales y de comunicación esenciales, reduce las conductas desafiantes y sienta las bases para una independencia a largo plazo.
Para los padres, el mensaje es simple pero poderoso: no esperes. Cuanto antes comience su hijo con ABA, mayor será su potencial de crecimiento, aprendizaje y éxito.
Escrito por Nia Berrian, M.S; BCBA